lunes, 13 de febrero de 2017

Un mal secreto de Ann-Marie MacDonald

Mary Rose alias "Mister" es una escritora a punto de entrar en la cincuentena. Casada y con dos hijos: Mattew de cinco años, adoptado y Maggie en los "terribles dos", fruto de una inseminación a su esposa Hillary diez años más joven que ella y que se encuentra durante la mayoría de la trama, dirigiendo una obra de teatro fuera de la ciudad.
Mary Rose ejerce de madre y ama de casa a jornada completa, esperando la inspiración y aplazando la escritura del libro que cierra una trilogía de éxito.
Arranca con una escena cotidiana en la cocina, describiendo el carácter temperamental de su hija pequeña (y el suyo propio) y la llamada telefónica de su madre.
Pronto, esa cotidianeidad intercalada de pequeños detalles (una nevera abollada, un unicornio roto, una bota perdida) con pequeñas lagunas (tijeras que aparecen y desaparecen, una fotografía familiar, un paquete que no llega) que a su vez se mezclan con las lagunas no sabe si "malintencionadas" de la madre de Mary Rose. Nos sumerge en una atmósfera entre caótica, claustrofóbica y onírica dependiendo del estado de Mary Rose que mantiene un constante monólogo interior (a pesar de estar escrita en tercera persona) ante el temor de perder el control sobre si misma y dañar a sus hijos.
La narración alterna algunas escenas del pasado materno  en pequeñas pinceladas para explicarnos las muertes de dos bebés, uno nacido muerto y otro a los pocos días de nacer. La primera una niña de la que heredará el nombre "la otra Mary Rose", el otro un niño que también precede el nacimiento de su hermano ya en la edad adulta. Más tarde la propia Mary Rose intentará bucear en su infancia, en esas aguas turbias y en un suceso del cual no está muy segura haber vivido.
La verdad es que me ha parecido una gran lectura, aborda temas como la maternidad, como el comportamiento de nuestros padres nos influye irremediablemente (o no) en nuestra paternidad. La lucha interna por no repetir los mismos errores que sus padres, la aceptación por parte de ellos, sobre la pérdida (objetos, bebés, recuerdos) y el perdón mutuo. También es una novela sobre la fragilidad de la memoria, de los recuerdos, de los recuerdos "comunes" y de como cada hijo siente a sus padres de manera distinta a pesar de haber sido educado por las mismas personas.
No es una novela de "secretos" al uso, aunque si mantiene la tensión, transmite la sensación de soledad, de incomprensión por parte de esa cónyugue ausente cuyas llamadas telefónicas están también plagadas de cansancio y de preocupación por su mujer y sus hijos.

lunes, 16 de enero de 2017

Los días iguales de cuando fuimos malas de Inma López Silva




Los días iguales de cuando fuimos malas narra la historia de cinco mujeres con un nexo común: la cárcel.
 Margot, una gitana repudiada por su familia consanguínea y política cuando da a luz a un ochomesino rubio, se ve abocada a la prostitución y a la toxicomanía.  Valentina una jovencísima y hermosa colombiana condenada por tráfico de drogas aterriza en  España con pasaporte a la cárcel acompañada de su niño pequeño, fruto de una violación al cual quiere dar una vida mejor. Sor Mercedes una monja que cumple condena por tráfico de bebés, con un pasado antes de tomar los hábitos, poco convencional. Laura que cambia su destino de bailarina clásica por funcionaria de prisiones. E Inma, una  escritora bipolar que le escribe en una larguísima carta a su amante, la historia de su vida y los motivos por los cuales se encuentra entre rejas.

No conocía a esta autora, es la primera vez que leo algo de ella y no va a ser lo último. Me ha encantado. Tiene un estilo narrativo sencillo, directo y muy maduro. Las personalidades de las mujeres están claramente definidas y construidas de manera evolutiva y sólida. El libro es una crítica social, una denuncia a la marginalidad en la que se ven obligadas a vivir muchas mujeres por el hecho de haber nacido con ese sexo y no el masculino. También  gira entorno a la  maternidad frustrada, forzada y robada.

Inma López Silva (Santiago de Compostela, 1978) es una autora gallega con una amplia trayectoria. Es novelista, ensayista, doctora en Filología, crítica teatral y autora de las novelas Neve en abril (1996) Concubinas (Premio Xerais, 2002) y No quiero ser Doris Day (2006). Con Memoria de ciudades sen luz (2008) recibió el premio Blanco Amor, así como el premio Bispo San Clemente y el premio de la asociación de escritores en Lengua Gallega. También publicó las antologías de relatos Rosas, corvos e cancions (2000) y Tinta (2012). Ha traducido al gallego, autores como Albert Camus y Jean Genet. Como ensayista se ha centrado en el análisis y la reflexión sobre el teatro, y también ha abordado el tema de la maternidad.