martes, 27 de agosto de 2013

La casa de la Luna de Ami McKay



Acabo de descubrir a una autora, Ami McKay y su libro La casa de la luna.  Tengo que de decir que me ha gustado pero no he acabado de disfrutarlo del todo. Pero aún así me parece que es un buena lectura y me ha parecido que valía la pena reseñarla.
El fondo de la historia lo que en realidad nos quiere mostrar es como llegaron los partos a ser tan intervencionistas y medicalizados en la actualidad.
Sinopsis
Nueva Escocia, inicios del siglo xx. Dora Rare es la primera mujer en su familia después de cinco generaciones de hijos varones. Muy pronto Marie Babineau, la vieja partera de la zona, verá en ella signos de un don especial, y con el tiempo la much acha irá entrando en el mundo de la anciana y de las mujeres; un mundo de embarazos no siempre deseados, remedios antiguos y oraciones, infusiones y milagros… La primera vez que Dora siente el palpitar de un recién nacido en sus brazos sabe que la fuerza de la vida la ha arrastrado sin remedio, y ya no tiene elección. De la mano de Marie aprenderá los secretos y los peligros de este oficio maravilloso.
La construcción de un nuevo centro de maternidad, en el que se promete a las mujeres dar a luz sin dolor y en unas condiciones modernas e higiénicas, será un cambio para todo el mundo. Acusada de brujería y señalada por los hombres de su comunidad, Dora deberá emplear todas sus fuerzas para proteger la sabiduría que las mujeres han llevado siempre consigo.
Este es el tercer libro que me leo sobre comadronas en menos de tres meses. Llama a la comadrona me entretuvo y tiene historias muy humanas, además está basada en la experiencia de la autora. El otro es La comadrona de Hope River, de Patricia Harman que me decepcionó muchísimo porque lo encontré aburrido.
Los tres libros tienen el mismo nexo común, devolver la importancia a la figura de la comadrona cuya labor ha estado eclipsada por los obstetras desde la segunda mitad del s.XX hasta hace aproximadamente, una década. Humanizar y desinstrumentalizar el parto. Os cito:

Me preocupa sobremanera que las mujeres de esta comunidad no reciban los cuidados sanitarios adecuados, y estoy firmemente convencido de que así es. A decir verdad, esto constituye un delito. ¿Por qué seguir sufriendo, señoras, el suplicio del alumbramiento cuando tienen alternativas seguras y modernas a su disposición? Deberían buscar la mejor atención que puedan permitirse en cuanto sospechen que están en estado de buena esperanza. Deberían considerarse afortunadas por tener tan a mano una gran institución como la casda de maternidad  de Canning. -Echó un vistazo a una nota que tenía en la mano y añadió-: Un lugar limpio y moderno.

Leyendo recordaba a mi madre contándome el parto de una de sus tías (finales de los años 30), un bebé alumbrado en casa con la ayuda una comadrona, un bebé que era demasiado grande para una pelvis estrecha. El bebé murió y mi madre que esperaba con unas ganas terribles un primo pensó que de mayor pariría en un hospital.
Pensé también en el parto de mi hijo mayor, que se me malencajó también (como me acordé en esos momentos de mi tía-abuela), que le faltaba un giro para encajarse bien, que llevaba dos vueltas de cordón. Un expulsivo eterno y la espera de la comadrona que hubo un momento que ya no pudo hacer más hasta que el ginecólogo apareció. Entre la comadrona haciendo la maniobra de kristeller  y él con las palas, lo sacaron. El resultado,una episiotomía kilométrica, desgarro hasta el ano y una recuperación que a más de una le debe sonar. Un postparto de calvario… Y no sabes que pensar, que si hubieras parido de pie y sin epidural igual las cosas hubieran sido diferentes. Que sabes que la maniobra de kristeller es una salvajada pero en ese momento no estás para opinar.
Lo ideal sería que las mujeres, como en Reino Unido, pudiéramos elegir. Si las circunstancias médicas lo permiten puedan parir en casa.
Por otro lado, en Holanda lo habitual es parir en casa y lo difícil es parir en un hospital. Antes de quedarme embarazada leía en algunos foros de maternidad las “ventajas” del parto en casa. Sin embargo hace poco también, leyendo un libro que no tiene nada que ver con los partos pero igualmente recomendable, Casa de verano con piscina, de Herman Koch (autor holandés), me quedé sorprenda al encontrarme con este párrafo criticando su sistema sanitario:

Somos un país rico. Tan rico como Arabia Saudí, Kuwait, Qatar… y sin embargo aquí sigue muriendo gente porque tuvieron que esperar  demasiado tiempo, un riñón. Mueren recién nacidos porque al ambulancia que ha de llevarlos a toda prisa al hospital se queda atascada en el tráfico, las vidas de las madres corren un grave peligro proque nosotros, los médicos de cabecera, las hemos convencido de que parir en casa es seguro. Cuando en realidad lo que deberíamos decirles que es más barato, eso es todo; aquí también se aplica lo de si todas las madres ejerciesen su derecho a parir en un hospital, el sistema se vendría abajo en una semana. Ahora el riesgo de muerte de bebés, o de que sufran daños cerebrales porque en los partos en casa no se pueden administrar oxígeno, simplemente forma parte de la ecuación. (…) en los Países Bajos la tasa de mortalidad entre los recién nacidos es la más alta de Europa y del resto del mundo occidental. (…) Puede convencer a una mujer de que no corre ningún riesgo pariendo en casa, que es todo mucho “más natural”, aunque solamente sea más natural en el sentido de que morirse también es natural.


Pues no sé si el autor se documentó o no, sólo que esta reflexión me hizo pensar muchísmo en como se nos manipula siempre, lo indefensos que estamos todos cuando nuestra salud falla o tenemos que hacer un ingreso en un hospital. Abierto el debate. Espero que os guste la novela tanto como a mi. Os dejo el booktrailer que me ha parecido muy evocador.

1 comentario:

  1. Casa de verano lo he leído y me gustó. Este no lo conocía pero parece una lectura más que interesante. Te lo cojo prestado
    Besos

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